terça-feira, 22 de novembro de 2022

COPA DE QATAR Y LOS MARICÓN: ¡UNA UNIÓN DIFÍCIL!

COPA DE QATAR Y LOS MARICÓN:
¡UNA UNIÓN DIFÍCIL!


He visto, con el inicio de la Copa de Qatar y los juegos en curso, muchas noticias de que los fanáticos estaban prohibidos por llevar un objeto/utensilio con los colores del arcoíris, una referencia a la comunidad LGBTQIA+. Muchas personas, en los comentarios, se han quejado de la forma de vida de la sociedad en el país, apuntando a la represión de la homosexualidad.
 
Vayamos a dos puntos de vista:
 
01. ¿Qué tan difícil es seguir las reglas? ¿Qué tan difícil es para ti saber que estás en otro país, otra cultura, otro tipo de experiencia? Vivo en un condominio con aproximadamente 4 mil personas. En el grupo de WhatsApp se planteó el tema de que los niños mayores de 10 años no pueden jugar en el patio de recreo. ¡Es la norma! Es una regla antigua del Parque Residencial. Si quieres cambiar, lleva la agenda a la próxima reunión e intenta cambiarla. Y lo que se veía en el grupo era un montón de padres diciendo “yo pago el condominio y mi hijo va a jugar en el patio, ¡sí!”. El problema del brasileño es que no obedecemos. Para nosotros todo es carnaval, putería y fútbol. Todo es un desastre. Aquí todo puede. Mientras los japoneses limpian el desorden en el estadio, tenemos sexo en la calle durante el Carnaval.
 
Vale la pena mencionar: ¿qué tipo de ciudadano estás creando y quieres ver en el futuro con este tipo de actitud donde todo lo que quiere es posible, sucederá?
 
En resumen: ¡Respeta la cultura del país! ¡Respeta las leyes/reglas/normas de Qatar! ¡Respeta la soberanía del país!
 
02. Justo al comienzo de la Copa de Qatar, se hizo una propuesta para que los jugadores ingresaran al campo con un brazalete con los colores de la comunidad LGBTQIA+. Algunos países lo apoyaron, otros lo negaron, como Brasil. ¿Qué haría esta actitud por los hombres homosexuales en Qatar? Probablemente nada. Pero ese sería el comienzo de un posible cambio futuro en la sociedad. De hecho, analizo que el propósito de este proyecto no era afrentar a la sociedad ya los políticos del país. El objetivo era demostrar a los homosexuales de allá que se les está viendo, que tienen gente aquí en otros lugares que los apoyan, que los abrazan. Pero todo tiene que tener un comienzo. Por ejemplo: La homofobia no era un delito según nuestra Constitución. Y solo el que tenía el poder de cambiar esto era el Congreso. Sin embargo, el STF analizó que el Congreso nunca votaría sobre este proyecto. Así que caminó al frente, recogió la agenda y votó. Hoy en día, la homofobia es un delito. Es decir, todo tiene que tener una iniciativa.
 
En resumen, lamentablemente en estos países, la homosexualidad sigue estando mal. En estos países todavía hay mucha represión. Y no podemos hacer casi nada. En mi opinión, esta propuesta de ponerse el brazalete y mostrar apoyo a la causa sería ideal por el momento, ya que ni afrenta a la política allí ni es demasiado exagerada. Pero, seguro, detrás de un simple “¡No quiero esta pulsera!”, hay mucha hipocresía, prejuicio y, por supuesto, dinero.
 
Y por último, cabe señalar que no hace falta ser homo afectivo para intentar entender la causa, respetarla e incluso defenderla.
 
¡Vamos a ver qué pasa!
¡Espero que todos los países logren, algún día, liberarse de las ataduras de la política y la religiosidad fundamentalista y extremista!

Río de Janeiro, 22 de noviembre de 2022
Raphael Paiva

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